Cierra Torres Macarena la acertadísima programación este mes de la semana de la mujer con el homenaje a la bailaora Ana María Bueno. Bailaora sevillana, señera y elegantísima que a sus 70 años de edad, recibe este merecidísimo homenaje en estas fechas tan señaladas para reivindicar a figura de la mujer en cualquier ámbito.
Reconocimiento merecido y apropiado, y a la que acompañó la bailalora no sólo con su presencia sino de forma activa con una selecta pataita en el fin de fiesta.
El acto estaba incluido en el recital de Coral de Los Reyes, a la que nos acercamos a ver porque uno siempre va a los lugares donde fue feliz. Pesa todavía mucho en la memoria aquel sabado insospechado de 2019, cuando tuvimos la oportunidad de verla en la peña la Buena Gente, todavía sita en aquellos días en lo que es el actual Museo de Lola Flores.
Ayer vino acompañada de Juan Manuel Moneo a la bajañí, que no los veíamos desde que acompañara a su padre al principio en la peña de la Línea de la Concepción, podría ser tranquilamente el año 17. El elenco lo cerraba los bailaores Adolfo Vega y Fede Nuñez que aportaron las palmas.
No fue lo mismo, porque la vida no es nunca igual, pero estuvo muy bien. Coral de los Reyes es un aristazo llena de melodía en sí voz muy respetuosa con los cantes ortodoxos y se mueve en las tablas con un arte y una elegancia natural propia de los que se han caído en la marmita de lo jondo.
Ayer venían cansados del viaje desde el festival Flamenc-on de Santa Colama y los cantes fueron demasiados pocos.
Tientos tangos de caramelo, “Dolores en el corazón, y ella dice que se siente, dolores en el corazón, y el que corazón no tiene, no puede sertir el dolor”, esas letras de la perdida que están tan presente ahora en su vida y que de alguna manera los demás acompañamos en el sentimiento.
Luego malagueñas que fueron antesala de las seguiriyas de tocinito de cielo. Cerrando con la cabal de “fragua, yunque y martillo”.
En el segundo pase, alegrías. Incluida esa letra que se canta cuando se viene a Sevilla, de Tía Luisa “la butrón” del amarillo albero y esa letra “por pasar el Ebro a verte, yo le di un duro al barquero, los amores de Navarra, son caros pero muy buenos” que nos recuerda los cerquita que está este palo a las jotas.
Luego soleá, brillando por Utrera, cerrando por bulerías y cuplés por bulerías, donde es difícil de superarla. El artista Juanelo se sube para hacer unas letras y disfrutamos de la pataita de todo el elenco incluida la homenajeada
No sé si estarán conmigo, con Jerez pasa como con la sed, que uno se acerca la rio y el rio solo lleva un hilo de agua, el agua es clara y cristalina, pero escasa… y la sed, la sed no se sacia.
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