CLAUDIA LA DEBLA, LA FORJA Y EL TEMPLE

Dicen que para hacer una buena espada, hay tres momentos críticos, la forja, el temple y despues el pulido o acicalado. Las dos primeras determinaran la calidad de la misma.

Bueno, bueno bueno…. menudo nivelón tienen las bailaoras del Ballet Flamenco de Andalucía, si hacia pocas fechas que habíamos tenido la presencia de Araceli Muñoz, el otro día en Torres Macarena tuvimos la suerte de tener a otras de esta generación de bailaoras que van a dar mucho que hablar y que estamos disfrutando en Andalucía.

Por cierto, ya que hablamos de Ballet Flamenco de Andalucía recomiendo mucho el video del flashmob que se prepara para el día del inicio de la Bienal de Sevilla que será el11 de septiembre y en el que todo el mundo puede participar. ¡Anímate!

Pero vamos a lo del otro día en el Torres Macarena. Llenazo para ver a esta joven que ya había pasado por esas tablas, siempre dejando buen sabor de boca. Ambiente festivo y jóven, con la mitad del ballet allí presente. Se nota que Patricia Guerrero no sólo ha formado a un buen grupo de jóvenes profesionales sino que hay además un gran ambiente entre ellos.

Pero el nivelón no es solo de las bailaoras, o por lo menos de las que hemos visto, sino que es también lo es del elenco con el que se presentó en la peña. A la guitarra Jesús Rodríguez dándole a su instrumento una sonoridad diferente, creemos que llenos de acordes menores. Y eso que hemos visto buenos guitarristas este año, (como ya apuntamos en el Festival de la Fragua de este año), pues Jesús se sabe mover en otra sonoridad que capta rápidamente el interés del que escucha y le destaca. Muy interesante y lo que es mas dificil, con personalidad.

También destacó Manuel Pajares, viejo conocido de la afición macarenera, y que está cada vez mejor. O esta más relajado o esta estudiando más, lo que está claro es que está encontrado claramente su hueco y sus momentos en estos espectáculos. Ya lo escuchamos defender su propuesta en solitario, así que en línea también ascendente. Esa noche brilló con la guajira, ese canto denostado y caso relegado al mundo amateur que Manuel puso en su sitio, trayendo la fuerte brisa del Atlántico y el sabor dulce de los cocos.

Cerraba el cuadro otro viejo conocido José Méndez, que protagonizó un episodio gracioso e interesante que me gustaría contar cómo ejemplo de que los públicos cambian y cómo hay cosas que quedan absolutamente fuera de moda creando situaciones que ahora nos aparecen como irrisorias. 

Fue cuando estaba José atacando una letra creo que durante la solea por bulería, empezaba la letra de esta manera “yo te estaba llamando a voces, te estoy llamando yo a voces” y después repitiendo los siguientes versos “eres tan perra y tan mala, y borde y mal nacida, que mi voz no la conoces”. Ese eres tan perra… quedó tan completamente extemporáneo, y fue recibido con una liguera sorna de desapruebo del respetable. Para que luego digan que el ambiente de las peñas es rancio…

Pero la gran estrella de la noche fue Claudia la Debla, otra estrella de verdad. De todas las cosas que hizo, que fueron tantas, destacó por fuerza y técnica, pero desde luego lo que mejor hacer es cautivar. Esa es, yo creo, la gran diferencia con otras bailaoras de su nivel. Esa conexión que crea de manera natural con el público, seduciéndolo y metiéndolo a su canasto. Que difícil ese sonreír en pleno esfuerzo, ese mirar al respetable, esos ligeros y casi imperceptibles movimientos de hombros, mirando de soslayo….

Lo hace todo tan bien y se interpreta que le sobra buscar la efectividad de las peinas volando o del desenredo del pelo. Eso ya vendrá si viene, porque, aunque sea un efecto, no le hace falta ni tan siquiera. Desde luego impresionado por el aplomo de esta bailaora que cuando se convierte en ella al hablar, no aparenta la madurez con la que interpreta su baile. 

Se nota y mucho que Claudia le dedica mucho tiempo a la forja de su baile, pero es que ademas, luego lo atempera con la fragua de su mirada, y le da brillo puliendo los detalles.


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