MERCEDES "LUXURY" LUJÁN

Día de mucho interés ayer en la peña Torres Macarena para ver a uno de los fenómenos musicales y mediáticos de los últimos tiempos cómo es esta guitarrista murciana de aptitudes muy completas.

Día de mucho interés que curiosamente no se vio acompañado con el habitual bullicio de la peña, donde se echó de menos a muchos guitarristas jóvenes, y también, todo hay que decirlo, a mucho programador, a escasos meses del supuesto evento más importante de nuestra ciudad. 

Ustedes me dirán que quizás como esta semana había sido una semana llena de actos por el día del flamenco, pero escuchar tan cerca a esta guitarrista y sin megafonía, que quiere que les diga, a mí me sigue pareciendo la línea más lujosa de las posibilidades de goce de lo nuestro. 

Sea como fuere, aquellos que no pudieron o no quisieron venir, perdieron la oportunidad de tomar el pulso a este fenómeno de nuestra música, que además no es que viva en los yacimientos sonoros más cercanos de lo que más nos gusta.

Centrándonos en la actuación decir que Mercedes sale a las tablas con un halo de rockera, que, si no fuera por la forma del palosanto, pensaríamos que llevase una estratocaster. 

Delicadeza, buena ejecución, técnica…suena tan nítido que cualquiera pensaría lo difícil que es que la cuerda de el 100 por ciento de su afinación sin que la velocidad y la pulsión deje perder alguna nota. 

Comienza por soleá, después hace fandango acompañado de Soleá Gatica al cante y a la flauta. A Mercedes le cuesta más los interludios entre palos que expresarse con la bajañí, después se esconde en sí misma y en las horas de estudios para no tener que mirar a nada. 

Dedica bulerías a la explotación infantil y al rol de la mujer en nuestro tiempo en “el corazón de Dios” y cierra este primer pase con “bendita tierra” por levante.

El segundo acto empieza por alegrías, bautizadas por Alejandro Sanz como “alegrías del abanico”, de lo bueno, lo mejor, de lo exquisito la delicatessen. Se diría que tiene más bien dedos de pianista.

Tangos en tono de rondeña, Nana dedicada a su bisabuela “nana Rosa”, rumba y de nuevo bulerías para terminar

Luxury del latín luxus, "abundancia" y "exuberancia" en el Torres Macarena, línea lujosa que da salida a la acumulación de capital. Ganas de escuchar su primer disco. 






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