Ayer estuvimos flamenqueando por donde el flamenco no habita. Después de la presentación del número 2 de la revista underground BIG SUR, revista que recoge una seccion de flamenco, nos fuimos a la clausura de la exposición pictórica de Patricio Hidalgo, en la galería Magasé que regenta Fernando Mañes.
Una exposición, ésta del café
cantante, que pasará por ser el trabajo conceptual más potente del pintaor, y que nos ha venido explicando el siglo XIX con dos grandes cuadros que se hablan entre si (y ojalá asi
permanezcan en alguna institución flamenca). Ademas y como ya contamos en este mismo blog, a los cuadros los complementan una serie de pequeñas pinturas
sobre grandes figuras femeninas, que derriban el tópico de que la mujer no
estuvo nunca en el flamenco.
A esta clausura la galería nos invita
a un cante, a un remate como un macho de seguiriyas final de ésta, creo, la
mejor exposición de Patricio Hidalgo. Lleno en la galería para clausurar el
evento con el mejor cante de la Puebla, con Raúl Montesinos. Quien si no él que
ha estado trabajando sobre la figura de Silverio en su último disco y que hay que
tener.
Le acompañó a la guitarra Jose Luis
Medina con una preciosa farruca de Sabicas antes de que el de la Puebla se
hiciera dos cantes: unas seguiriyas y unos martinetes.
Un gran cierre, en nuevos espacios,
donde el flamenco no habitaba, y ahora anida.
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